SENCILLAMENTE SOMOS EL ATHLETIC... LO MAS GRANDE

Desde niño, MI PADRE me enseñó a amar y adorar al Athletic. A pesar de haber nacido a 3.000 kilómetros del Botxo, absorbí todo lo que MI AITA me enseñó y hoy con 43 años puedo decir con muchísimo orgullo y con una felicidad absoluta que soy aficionado al mejor equipo del mundo, al sentimiento más grande de este planeta: NUESTRO ATHLETIC.


¿Y por qué digo esto una vez más? Porque esta mañana me he vuelto a emocionar de lo lindo leyendo una entrevista a nuestro principal estandarte en la actualidad, DON ARITZ ADURIZ. Dice nuestro goleador entre otras muchas cosas: "No puedo negar que sientes un cosquilleo en la tripa difícil de explicar cada vez que meto un gol en SAN MAMES. Me encantaría que todos los que corean y están en el campo pudieran ponerse un segundo en mi piel. Que un estadio como San Mamés en apogeo diga tu nombre es algo indescriptible".


Pues algo semejante es lo que sentimos nosotros, los aficionados al bendito conjunto rojiblanco del Botxo. Acudimos a La Catedral y lo hacemos una hora antes porque no nos creemos lo que estamos viviendo. Contemplamos una y otra vez nuestro estadio y flipamos en colores. Salta el Athletic a calentar y aplaudimos a muerte. Y cuando suena el himno y vuelven los leones al terreno de juego... nos sube una adrenalina que parece que nuestros corazones van a salir disparados. Y cómo celebramos los goles. Yo he estado en San Mamés y de la alegría tan grande que me ha invadido he llegado a abrazar a la persona que estaba a mi lado al que no conocía de nada, pero claro, estás feliz, mejor dicho súper feliz... y eres capaz de compartir tu estado anímico con alguien al que no conoces... pero con el que te une algo único: LA PASION POR NUESTRO ATHLETIC. Y cómo celebramos nuestros triunfos. Y cómo nos apenan nuestras derrotas. Además, si por ejemplo, ya eres amigo del León al que admiras profundamente (en mi caso tengo la inmensa fortuna de ser amigo de un fuera de serie llamado ANDONI GOIKOETXEA)... pues la felicidad alcanza una dimensión que no puedes explicar con palabras, sólo tu corazón sabe lo que sientes. Lo flipas, lo flipas...y lo flipas aún más. Te lo llevarás para el otro mundo bien guardadito en tu corazón. Y si luego estás en Bilbao o en cualquier parte del mundo y te encuentras con ex jugadores o jugadores actuales, técnicos o antiguos entrenadores... y tienes la oportunidad de hablar un minuto con ellos o sacarte una foto, te entra un nervio, del bueno claro, que parece que te va a dar un infarto... aunque la muerte sería maravillosa.


Por eso, somos el equipo del pueblo, somos los once aldeanos tal y como nos bautizaron tras ganar el doblete en la temporada 55-56. Somos una cuadrilla... somos sencillamente el ATHLETIC. Lo más grande que hay en el mundo.  Por eso, en pleno S.XXI seguimos teniendo a jugadores como ADURIZ identificados a tope con un escudo, el rojiblanco, que desprende un sentimiento único cargado de emoción por todos sus puntos cardinales. INFINITAS GRACIAS POR EXISTIR ATHLETIC.